Aprendí que las metas personales están para conseguirlas, has de ser fuerte, convencerte de que tú te lo mereces, recortar distancias hacia ella y no detenerte hasta tenerla en tus manos. Aprendí que la felicidad no se encuentra al final de nuestro viaje, sino que ella se esconde en el transcurso de esa aventura. Aprendí que para que unos ganen otros han de perder. Aprendí que no hay sonrisas sin lágrimas, que no hay victorias sin derrotas, que no hay buenos sin malos y que no hay felicidad sin tristeza. Aprendí a filosofar sobre la vida, con la sorpresa de que es realmente dura, pero nosotros podemos serlo mucho más...
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